Emoción y silencios, el reencuentro de un exrehén de Hamás con sus padres

(AFP).- “Fue tan emocionante que ni conseguíamos hablarnos”, dice Mijaíl Kozlov al recordar el reencuentro con su hijo Andrei, liberado por el ejército israelí después de ocho meses de cautiverio en Gaza en manos de Hamás.
Las imágenes del encuentro de Andrei con su madre Evguenia rompen el corazón: al verla, se pone de rodillas y abraza sus piernas. Ella se agacha y lo acaricia. El video dio la vuelta a las redes sociales y las cadenas de televisión israelíes.
La madre asegura que antes de conocer su liberación, nunca perdieron la esperanza de volver a ver a su hijo. Eso sí, dice que temió que Andrei “no vuelva a ser el mismo”.
“Fue una tormenta de energía, una onda de shock emocional lo que sentí de él”, cuenta la madre de este joven israelo-ruso.
Andrei Kozlov, de 27 años, fue liberado el 7 de junio en una operación del ejército israelí en Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, junto con Noa Argamani, de 26 años, Almog Meir Jan, de 22, y Shlomi Ziv, de 41.
Los cuatro habían sido secuestrados por milicianos de Hamás el 7 de octubre en el festival de música electrónica Nova, como parte de la ofensiva sorpresa del movimiento islamista palestino aquel día en el sur de Israel.
Los padres de Andrei Kozlov, Mijaíl y Evguenia, tienen 52 años, son rusos y viven en San Petersburgo, y tomaron el avión para reencontrarse con su hijo tras ocho meses de insoportable espera.
En una entrevista acordada en ruso a la AFP, relatan lo que saben de su secuestro. “Nos cuenta algunas cosas, pero dice que hay otras que nunca nos contará”, explica el padre.
“Privado de toda elección”
“Un día, uno de sus secuestradores le dijo que lo grabaría y lo mataría delante de la cámara, para que lo viera el mundo entero. Pero le dijo que no sería de inmediato, que sería mañana, y lo dejó así (…) debió de pensar en ello todo el día”, cuenta el padre.
Su hijo les ha explicado en parte cómo se desarrolló su cautiverio, en el que tuvo “las manos y los pies atados durante dos meses, y al comienzo, las manos atadas a la espalda”, prosigue.
A la pregunta de cómo va Andrei cinco días después de su regreso a Israel, donde se instaló un año y medio antes del ataque de Hamás, Mijaíl dice que “le cuesta tomar una decisión, incluso la más sencilla, porque se vio privado de esa capacidad durante mucho tiempo”.
“Cuando le damos a elegir entre arroz y pasta no sabe qué decir. Se ha visto privado de toda elección durante ocho meses”, afirma.
En el momento de ser liberado, el joven descubre que hay otros 116 rehenes del 7 de octubre aún secuestrados en Gaza, del total de 251 personas raptadas aquel día en Israel, de las cuales 41 fueron declaradas muertas por el ejército israelí.
“Forma parte de quienes pueden imaginarse las condiciones que sufren” los demás rehenes, explica el padre.
Al igual que otras familias de rehenes liberados, los Kozlov quieren comprometerse en la defensa de la causa de los cautivos en manos de Hamás.
“Tanto él como nosotros, toda nuestra familia, estamos terriblemente preocupados por estas personas, y llamamos a los gobiernos a alcanzar rápidamente un acuerdo y a ayudar a estas personas a volver con sus familias”, expone el padre.
Desde la tregua de una semana a fines de noviembre, no ha habido otra y las esperanzas de un nuevo alto el fuego que permita un canje de rehenes israelíes por presos palestinos se han visto en cada ocasión frustradas.
La guerra estalló el 7 de octubre cuando milicianos islamistas mataron a 1.194 personas y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un balance basado en datos oficiales israelíes.
La operación lanzada por Israel contra Gaza ha dejado más de 37.200 muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás.

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Agencia

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